Tengo la razón, porqué lo digo yo, tú no porqué eres naquete.

Se perfectamente que parte de la experiencia del internauta que visita, foros, chats y recientemente los blogs, está la convivencia con personajes que tienen una manera de pensar diferente. Sin embargo no deja de sorprenderme como las llegamos a manejar algunos (me incluyo porqué verdadermamente no soy un santo).

Cuando se llega a una divergencia de opiniones, (las posibilidades son altas), las reacciones van desde los no me interesa discutir eso con alguién como tú hasta los Estás pero si bien pendejo, pasando por los ya clásicos adjetivos denostantes como naco, fresa, ignorante, puto, lesbiana, tarado, oligofrénico, priista, panista, perredista, infantil, con un largo etcétera.

Lo cierto es que uno puede percibir la calidad de la persona al ver como responde a una crítica, en el caso del Sr. David Marroquin uno puede ver que el sujeto tiene suficiente habilidad verbal y cinísmo para hacer mierda a cualquiera (inclusive se gloria de ello), pero él es capaz de aceptar cuando la caga, y eso hay que reconocerlo (igual acompañado de una atenta invitación a tiznar a nuestra respectiva madre).

Otros por su parte optan por tácticas desde la pobreza intelectual como hacerse pasar por uno posteando estupideces (como comentario falso que por un ardidito recién puso con mi firma en un blog de alto IQ) , otros pasan a emplear sus hordas de grupies para hacer mierda al infiel que osó hablar mal del maestro. Y otros lo toman tan personal que a pesar de jurar que no les importa siguen metiendose en el hoyo.

De cualquier manera sigo pensando que si esto es un medio libre, uno puede escribir lo que quiera, incluso las estupideces más grandes, y en ese sentido no debiera sentirse indignado porqué otro más hiciera lo mismo.

Yo he caido en el juego de intentar dar razones con incapacitados en la lógica. Cuando a alguien le haces ver que sus procesos de inferencia son erroneos y te contesta con un es que tú eres un cuadrado, las cosas no las puedes reducir a números, o bases tan poco sólidas como esas lo más sano es ignorarlos y no invertir más tiempo en hacerles ver su error, sin importar lo atractivo que fuera para alimentar el ego.

Lo importante por otro lado es aceptar los argumentos sustentados, reconsiderar lo dicho y evaluar si el interlocutor (sin importar lo bajo, insulso, impreparado o despreciable) tiene razón en su dicho.

Siempre he sostenido que si tú único argumento para demostrar tu superioridad es tu raza, nacionalidad, status educativo/social/económico, o ser amigo/compadre/conocido de, algo anda mal, todos esos puntos son cuestionables y ninguno de ellos se sostiene ante una verdad bien fundamentada.

Por mi parte, espero no caer más en esos juegos, por divertido que sea el leer los contra-argumentos mal sustentados, uno empieza a desviar la atención de los asuntos relevantes y las malas mañas terminan pegándose.